Conocimos IQL a través de un amigo ex-tenista. Buscábamos un club donde nuestro hijo aprendiera a jugar a tenis y nosotros pudiéramos seguir practicándolo. Yo he pertenecido toda mi vida a diferentes clubs y en IQL encontramos exactamente lo que buscábamos: profesionalidad de los entrenadores, magníficas instalaciones en un entorno inigualable y un ambiente social extraordinario. Con el paso de los años, y para nuestra felicidad, lo hemos visto crecer a todos los niveles. IQL se ha convertido en nuestra segunda casa.

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